Tercer error común.
Pareciera que nos cuesta mucho analizar qué es mejor. Como resultado acabamos con un gran equipaje de convicciones equivocadas -en este caso- sobre lo que es "tener carácter".
Carácter todos tenemos. Y distintos. Y cada uno con sus puntos altos y bajos. Pero se acostumbra hablar de carácter como fuerza y valores positivos para la persona y su entorno.
Las distorsiones comienzan cuando creemos que carácter es altanería, engreimiento, despotismo y una fila de comportamientos antipáticos, cuando menos.
Si no nos damos cuenta de ésto, formamos personas desagradables que creen tener "carácter".
Cuídalo con tus hijos.
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