El sentimiento de gratitud alegra el corazón. Y si no lo alegra, al menos lo conforta.
Yo creo, sinceramente, que los seres humanos somos desagradecidos. Ni siquiera somos conscientes de cuánto hemos recibido y seguimos recibiendo.
Y si somos conscientes, entonces nos parece poco o muy merecido.
Mal camino, porque no conduce al bienestar psicológico.
Deja de pensar que todo es poco o que tú te lo mereces. Piénsalo bien.
Nuestra vida, a pesar de las sombras que pueda tener, debe ser un canto de gratitud y alabanza al amor de Dios.
"No hay lugar para la tristeza en un corazón agradecido."
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