Las dificultades, sean íntimas o interpersonales, nos pueden hacer perder el control sobre nosotros mismos. Y reaccionaremos de modo descontrolado, perjudicando o incomodando a otros y -particularmente- a nosotros mismos.
Necesitamos un punto medio para expresarnos, de modo justo y considerado pero también poder expresarnos sin reprimirnos sufriendo ni concluir de víctimas.
Y hacerlo sin perder ni la serenidad ni la efectividad. O sea, sin perder el control sobre nosotros ni sobre la situación. ¡Todo un arte!
¿Cómo lograrlo? Sé que el secreto es tener "tanta libertad como sea posible y tanta disciplina como sea necesaria".
Todo cuesta. No seamos tan libres que parezcamos hojas arrastradas por el viento de los momentos vividos, ni tan disciplinados que estemos como pegados con cemento al suelo.
Ideas :
1. Analiza los asuntos.
2. Mira los problemas sin luna de aumento.
3. Toma una dosis diaria de alegría.
4. Distingue necesidad de capricho.
5. No te compenses comiendo ni comprando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario