En esta vida no seremos siempre comprendidos ni siempre apreciados. Es parte de los vaivenes del trato entre las personas. Sin olvidar que los seres humanos observamos, pensamos, juzgamos y ... abrimos la boca para criticar.
El punto es ser capaces de soportar críticas, sin temerlas, porque si lo hacemos viviremos limitándonos y desconfiando.
Y es que -la verdad- no necesitamos (ya adultos) que los demás nos amen. Basta con el hecho de que no nos dañen.
Se puede aprender a afrontar lo que sea. La vida y la práctica nos ayudan.
Uno sabe de lo que es capaz, acepta hacerlo, hace su mejor esfuerzo y se juzga a sí mismo, sabiendo de antemano que no podremos gustar a todo el mundo. Y sabiendo que hay personas que critican por cien motivos que no tienen nada que ver ni con la justicia ni con la verdad. ¡Ese el el mundo común!
Y, siempre, de cualquier crítica y sin importar de quién venga, sacar algún beneficio .
Porque todos somos mejorables y vamos en camino de superación.
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