Creo que existen pocos placeres tan gratos (y útiles) como el de aprender.
Sin embrago, conocemos no muchas personas con deseos de aprender algo.
O nos creemos sabios y ...¡ya no necesitamos aprender nada más!. O aprender cansa y ... ¡mejor ni intentarlo!
En ambos casos nos estamos robando a nosotros mismos el bienestar.
Todos necesitamos aprender algo más. El que ya no quiere aprender o está enfermo o se murió y no se dio cuenta.
Claro que aprender puede costar algún esfuerzo, pero eso es parte de la dicha de aprender, ir avanzando, aunque sea lentamente o a pocos.
Y cuando hablo de aprender algo no me refiero a cursar los años de una nueva profesión. No es necesario, bastará aprender cada día algo, aunque sea -por ejemplo- cómo ver los correos que van a la bandeja de spam o correo no deseado, para no dejar sin responder tantos envíos útiles que van a parar allí.
¿Qué aprender? Depende de ti, depende de lo que valores, depende de lo que necesites. Yo te diría : todo. Casi todo nos sirve.
1 comentario:
me gusta eso de que el que no quiere aprender se murió y no se dio cuenta, vale
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