Suena a egoísmo, pero no lo es. Es higiene mental.
Cada día tiene su propio afán, queriéndolo o no nosotros, ¿para qué buscarnos más preocupaciones y obstáculos?
No complicarse la vida es pensar equilibradamente en uno mismo y en los demás;
es aprender a tomar decisiones adecuadas;
es responsabilizarse por los propios actos, o sea, asumir las consecuencias y actuar en concordancia;
es esperar lo esperable de los demás, ni menos ni más;
es respetarse y respetar.
Complicarse la vida pasa por decidir libremente por lo peor;
por responsabilizar a los otros por lo que nos ocurre, cuando no es así;
por "quitar cuerpo" a las responsabilidades propias o asumir las ajenas, poniéndose de víctima;
por confiar demasiado o demasiado poco;
por no quererse a sí mismo y no querer a los demás, olvidando que -a veces- "quererlos mucho" es promover personas inútiles que acabarán dañándote.
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