Según ellos, son los dueños del mundo.
Todos los demás "nos caímos de algún palto".
La inmoralidad es moralidad. La vida chueca es rectitud. El descaro es confianza en sí.
En una sola frase, su cinismo no es tal, es dignidad.
Aprendieron en la vida a creer que arriba es abajo, que redondo es cuadrado.
Se rigen por la ley de la relatividad absoluta. Pero eso sí, ¡siempre a su favor!
Si llegan a captar que los miras con desconfianza, te acusarán de ser tú una persona problemática.
Si los descubres, eres un disociador.
Realmente parecen a punto de morir de sorpresa cuando alguien no acepta creer en sus trampas.
Difícilmente tienen arreglo.Su estilo ya paso de "difícil" a patológico.
La mejor opción es ignorarlos.
Mantenerse cercano a ellos es perturbar tu vida, pero de modo severo.
Reconocemos los defectos ajenos para evitarlos en nosotros.
No para despreciar a la persona.
Sí para tomar la actitud adecuada.
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