Sueña, sueña digno, sueña valioso, sueña con verdadera perspectiva.
¡Pobres los hijos de quienes sueñan con falsos valores! ¡Y pobre mundo en el que esos hijos viven.
Si quieres el bien para tus hijos no perderás de vista que tus hijos serán una bendición o una desgracia para los demás.
Y no perderás de vista que esta vida es corta, por larga que pueda llegar a ser, y que en la eternidad estarás gozando o sufriendo con lo que hiciste con el don de dar la vida que Dios te concedió.
¡Hazte digno de ese don!
Continuaremos...
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