Pobres porque estás condenándolos a ser maleducados, poco agradables y , además, a seguir la interminable cadena de personas no gratas para el mundo.
Porque muchos se jactan de ser toscos y hasta groseros, pero es porque son incapaces de ser mejores.
Y si eres amable con los extraños y descortés con tus hijos, créeme, ellos estarán convencidos de que eres un hipócrita. Y puede que hasta te imiten.
Tú, que eres una buena persona, usa de buenos modales con todos y -por supuesto- con tus propios hijos.
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