Saber que uno puede contribuir aunque sea -como se suele decir- "con un grano de arena" al bien de otros, es fuente de bienestar.
El mundo suele vender la idea de que los seres egoístas, que sólo piensan en sí , que pisan a los demás y acumulan para sí mismos, son los únicos que pueden sentirse bien en este mundo.
Lo dudo mucho. Es todo lo contrario. Quien no se interesa por otros, quien no aporta algo suyo (ideas, sentimientos, conocimientos, algo material) carece de cualquier posibilidad de bienestar psicológico porque está vacío de la única riqueza, que es la del alma humana.
El ser abusador, el ser aprovechado, el ser mezquino, (ni siquiera les llamo personas), está condenado a la ansiedad y a la ira, aunque sonría y parezca brillar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario