Las cosas importantes nunca son "a medias". Son o no son.
Igual la disciplina. Es o no es.
Si es hoy sí y mañana no, peligroso.
Si es de acuerdo al humor paterno, peligroso.
Si es según la zalamería del hijo, peligroso.
¿POR QUÉ DIGO "PELIGROSO"?
Porque si no se es consecuente al aplicar las normas, sino que se sanciona o no de acuerdo a los sentimientos del momento (pena, rabia) se enseña dos errores :
1. Que la responsabilidad por los actos propios no existe. Todo es asunto del azar. Con un poco de "suerte" puedo hacer lo errado y no perjudicarme.
2. Que las normas no son importantes, que lo que cuenta es cómo se congracia uno con quien ejerce autoridad.
Ambos aprendizajes -en mi opinión- son fatales, no sólo para los hijos sino para el país.
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