Hacer públicos y notorios los errores/defectos de una persona consolida esos errores o defectos.
Al avergonzar socialmente al alumno, o hijo involucrado, se le daña porque :
a) Se le desacredita "oficialmente", b) se le descalifica o etiqueta como poseedor de una mala conducta, c) se le estimula -sin querer- a persistir en esa mala conducta, y d) se le roba la posibilidad de tener expectativas propias de mejora, se le anula.
Sólo un joven con muchas fortalezas emocionales y mentales sería capaz de sobreponerse al efecto de ser mal evaluado en público. Si hablamos de niños, ninguno tendría los recursos para sobreponerse y dirigirse en la dirección contraria a sus fallas de conducta.
¡Y sin embargo, cuántas veces cometemos este grave error!
En las famosas experiencias de Brigs sobre este tema, este tipo de error en el trato no ayudó en nada o empeoró al 94% de los jóvenes participantes en la experiencia.
Continuaremos...
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